CIE trabaja a casi plena capacidad en la mayoría de sus fábricas de componentes de automoción repartidas por el mundo.
En Brasil, sus plantas operan a más del 80 % de sus posibilidades. En este mercado tuvo inactivas sus instalaciones durante quince días por la huelga de camioneros que paralizó el país carioca durante el segundo trimestre.
Los porcentajes de ocupación de sus centros en el área Nafta también son muy altos, con registros más bajos en las plantas de forja, mecanizado y estampación, aquellas que CIE construyó sobre terrenos propios y están en diversas fases de desarrollo de su actividad, hasta alcanzar la velocidad de crucero.
En Europa, CIE trabaja al 90 % de capacidad y en India, su principal mercado en Asia, el porcentaje es del 80 %. Este ritmo de alta actividad, reflejo de un buen momento de la industria en todo el mundo, se ve afectado por el contexto político y en concreto por las estrategias del presidente de Donald Trump.
Plusvalías de 240 millones para los accionistas de CIE por la venta del 50 % de Dominion
El grupo prevé que sus negocios crezcan un 4 % este año en Nafta y un 7 % en Europa
La última invención del presidente de Estados Unidos (EE UU) ha sido la de gravar con nuevos aranceles las importaciones de vehículos. La cotización de CIE en bolsa se resintió de esta decisión. Al menos, Trump ha cerrado (de momento) un acuerdo en automoción con México que apenas modifica las condiciones anteriores en operaciones comerciales entre ambos países.
Por ejemplo, el 75 % de los componentes del vehículo deberán ser fabricados en EE UU (antes era el 62,5 %). Este pacto sí que hizo subir el valor de CIE en bolsa, aunque en jornadas posteriores hubo correcciones a la baja. El grupo tiene diez plantas en el país azteca.
Las restricciones a los vehículos alimentados por diésel también están repercutiendo negativamente en la industria automovilística, que ve cómo aumentan los requisitos normativos para reducir las emisiones. La marca Volkswagen (VW) ha reconocido reiteradamente sus problemas en este ámbito.
En un análisis por mercados de su actividad hasta julio, CIE creció en Nafta a pesar de que esta zona comercial caía un 3 % en el mismo periodo. Principalmente por el desplome de Canadá (un 10 % menos de matriculaciones) y de EE UU, con un retroceso del 3 %. Unos indicadores negativos que no pudieron ser contrarrestados por el avance de la industria de automoción de México, que creció un 2 %.
Desde CIE estiman que Nafta suavizará su caída en el segundo semestre para cerrar con una producción de 17 millones de vehículos, gracias a un incremento de la actividad de las fábricas de México del 4 %. Así, si Nafta crecerá al 1 %, el grupo lo hará a un ritmo del 4 %.
En el caso de Europa, la corporación que gestiona Jesús María Herrera confía en que este mercado alcance su récord de producción con 22,4 millones de vehículos, lo que permitirá a las fábricas de CIE aumentar un 7 % su volumen de ventas.
La industria de automoción de Brasil aspira a consolidar su recuperación durante este año para ensamblar un total de 2,8 millones de vehículos. En el país carioca, después de realizar un millar de despidos durante la pasada crisis, CIE ha aprovechado para adquirir empresas del sector y aumentar su capacidad en este mercado.
India es uno de los objetivos prioritarios de CIE en Asia. Su industria fabricará más de cinco millones de automóviles este año y mantendrá su puesto como cuarto productor del mundo, en una clasificación liderada por China, Estados Unidos y Alemania, en ese orden. Por su parte, el gigante chino pasará en 2018 de los 28 millones de vehículos, con un incremento del 2 %.
En el primer semestre, CIE ha aumentado un 26 % sus ingresos en el país comunista. India supone el 70 % de las ventas del grupo en Asia y China aporta el 30 % restante. En paralelo a la actividad orgánica, la multinacional con sede en Bilbao sigue con su estrategia de compra de empresas. En Brasil adquirió el 100 % de una de sus filiales y asimismo compró otro 5 % de Mahindra para reafirmar su apuesta por India. En este caso, la inversión alcanzó los 60 millones. Ahora controla el 56 % de su participada asiática.
La corporación vasca dedica a inversiones el 7,5 % del beneficio bruto. De ese porcentaje, el 4 % se destina al mantenimiento de su red industrial repartida por el mundo, integrada por 98 centros en 17 países.
El presidente de CIE y su consejero delegado, Antón Pradera y Jesús María Herrera, respectivamente, mantienen los objetivos del plan para 2020, que pasa por duplicar el resultado neto de 2015 hasta alcanzar los 300 millones.
La junta de accionistas de la multinacional de Bilbao, celebrada el pasado 24 de abril, aprobó el reparto del 50 % de Dominion entre los propios inversores de CIE. Un dividendo extraordinario de 394 millones que fue abonado este verano.
Los principales accionistas son Acek (de la familia Riberas) con el 14,9 % y Corporación Financiera Alba con el 10 %. La desinversión en Dominion ha reportado a los accionistas de CIE unas plusvalías de 240 millones.
Al cierre de la primera mitad del año, las ventas del grupo crecieron un 7 %, y superaron los 1.566 millones. La corporación incrementó un 20 % sus beneficios y ganó 132 millones netos.
Con una plantilla de 23.213 trabajadores, la deuda financiera neta (DFN) al 30 de junio alcanzaba los 953,6 millones, lo que supone 1,89 veces el Ebitda (beneficio bruto de explotación). Está dentro de los niveles de prudencia en relación con el pasivo que marca el presidente de CIE, Antón Pradera. La máxima es no superar las 2,2 veces.
Fuente: Cinco Días