Las grandes empresas de Estados Unidos pagan cada vez menos impuestos. Hasta el punto de que 91 de las corporaciones que integran el Fortune 500, las mayores del país por ingresos, se las ingeniaron para no abonar ni un solo dólar al Tesoro. Es el caso de compañías tan diversas como el gigante del comercio electrónico Amazon, la cadena de cafeterías Starbucks o la petrolera Chevron.

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Lo revela el Institute on Taxation and Economic Policy en un estudio que analiza el primer año de la reforma fiscal de Donald Trump y que se centra en 379 corporaciones que fueron rentables. Gracias a la nueva legislación, el tipo nominal del impuesto de sociedades pasó del 35% al 21%. El tipo medio efectivo, sin embargo, fue del 11,3%, y solo 57 firmas pagaron por encima del tipo mínimo.

Las grandes corporaciones consiguieron en la práctica rebajar aún más la carga fiscal gracias a que fueron capaces de seguir explotando deducciones, incentivos fiscales y otras puertas traseras en la legislación federal. El informe indica así que el Tesoro de EE UU está recaudando cerca de 74.000 millones menos en impuestos que los que obtendría si todas ellas pagaran la tasa mínima establecida en la legislación.

La lista de compañías analizadas cubre todos los sectores. Entre el casi centenar de empresas que no pagaron nada de impuestos en 2018 se encuentran además el conglomerado industrial DowDuPont, la aerolínea Delta, la petrolera Halliburton, la compañía de vaqueros Levi Strauss, la de mensajería FedEx, el fabricante de coches General Motors, la de maquinaria agrícola Deer o las tecnológicas IBM y Netflix.

Amazon se limita a alegar que paga los impuestos que se le requieren en EE UU y en cualquier otro país en el que opera. Las cifras que aporta el estudio no reflejan los impuestos que paga a nivel local y estatal. El caso de la compañía de Jeff Bezos, sin embargo, es puesto como ejemplo por los candidatos demócratas a las presidenciales de 2020 para defender el desmantelamiento de la reforma fiscal de Trump.

El estudio señala también que 56 compañías pagaron una tasa efectiva entre el 0% y el 5%. Las empresas analizadas tuvieron un beneficio combinado de 765.000 millones de dólares antes de impuestos en el ejercicio de 2018. Si hubieran tributado el tipo mínimo, los ingresos para las arcas federales habrían ascendido a 161.000 millones en lugar de los 87.000 millones que se estiman.

La reforma fiscal favorece claramente a las grandes corporaciones con beneficios”, señala Matthew Gardner, uno de los autores del informe, al tiempo que indica que el tipo efectivo del 11,3% es el más bajo desde que se empezó a publicar el análisis en 1984. Aboga así por un cambio en el impuesto de sociedades, que permita eliminar disposiciones como las que permiten a las compañías utilizar inversiones de capital para rebajar la presión fiscal.

Fuente: El País