Los inversores ceden el testigo a los particulares en el empuje a la compra de casas. El 48% de las compraventas de viviendas cerradas en España durante el pasado mes de julio se pagaron con hipoteca, el máximo desde principios de 2011, según el Consejo General del Notariado. En cambio, las compras sin financiación bancaria, las protagonizadas por inversores que pagaron los inmuebles al contado, perdieron peso: si en octubre de 2013 siete de cada diez adquisiciones se abonaban en metálico, en julio de 2018 fueron el 52%.

Los inversores han tirado con fuerza del mercado de la vivienda en España en los últimos años, cuando las familias no podían comprar por los bajos salarios y la inestabilidad laboral y cuando los bancos no concedían hipotecas a casi nadie. Pero los inversores sí podían seguir comprando y lo hicieron sin hipotecas de por medio, atraídos por el alza en las rentas de los alquileres y las altas rentabilidades por poner en arrendamiento los pisos adquiridos. Ahora, la recuperación económica y la buena disposición de la banca a dar hipotecas con mejores condiciones han dado la vuelta al mercado y en julio los particulares firmaron 24.952 hipotecas para la compra de vivienda, un 11,1% más que un año antes y el dato más alto desde diciembre de 2012.

Estos particulares que compraron piso y se hipotecaron en el mes de julio se beneficiaron de la primera caída en el precio de las viviendas desde agosto de 2016. El precio de las casas vendidas cayó un 4,5% con respecto al mismo mes del año anterior, hasta los 1.376 euros por metro cuadrado. Se trata del primer retroceso desde agosto de 2016. El dato del Consejo General del Notariado confirma que el precio se desacelera y se une a otras voces, como la de la agencia Standard & Poor’s, que advierten de que el precio de la vivienda en España empieza a moderarse.

Detrás de ese descalabro están los pisos de segunda mano, que en julio se vendieron un 5,9% más baratos que un año antes. El precio por metro cuadrado bajó hasta los 1.506 euros. En cambio, el precio de los pisos nuevos se situó en 2.049 euros, con un alza del 5,1%. Por su parte, la venta de viviendas unifamiliares mostró un incremento del 11,2%.

El abaratamiento de casi el 6% de la vivienda usada fue un aliciente para los que compraron una: la venta de pisos de segunda mano creció un 4,6%. En cambio, el alza del 5,1% en el precio de las casas nuevas frenó su venta: las transacciones de pisos nuevos se redujeron un 11,7%. Por su parte, la venta de viviendas unifamiliares mostró un incremento del 11,2% interanual”, indican los notarios.

No obstante, las compraventas salieron airosas. En total, 52.014 viviendas cambiaron de manos en el séptimo mes de año, un 4% más que un año antes (corrigiendo la estacionalidad del calendario, el alza se reduce hasta el 0,6%). Se trata del cuarto dato más alto desde finales de 2012.

Aunque la firma de hipotecas creció un 11,1%, el importe prestado por las entidades bancarias menguó: bajó el importe solicitado un 0,5%, hasta situarse en los 139.084 euros por la caída en los precios de las casas.

Fuente: El País