Optimismo moderado en un ambiente de crecientes riesgos económicos. La ministra de Economía, Nadia Calviño, mostró el jueves en el Foro Tendencias España 2019 su confianza en que España saldrá con buen pie de la actual fase de desaceleración que vive la coyuntura internacional. En pleno debate sobre los riesgos de la oleada proteccionista impulsada por Washington y sobre el fin de los vientos de cola que han impulsado la economía española –política monetaria laxa y bajos precios del petróleo- la titular de Economía admitió que las altas tasas de crecimiento registradas en años pasado no se van a repetir.

En un acto organizado por EL PAÍS y la consultora KREAB y patrocinado por Ferrovial y Telefónica, Calviño admitió “una paulatina moderación en el crecimiento”. Pero destacó que las alzas del PIB que va a ver España próximamente son “muy robustas”, de más del 2%. El Gobierno prevé cerrar este año en un entorno del 2,6%-2,8%, “tases superiores a la media de nuestro entorno”, matizó la ministra. “Tenemos una base de crecimiento sólida con pronósticos positivos, pero no conviene relajar la atención ni caer en la complacencia”, añadió la ministra.

Tras enumerar los retos, oportunidades y peligros que rodean a la economía española, la antigua alto cargo de la Comisión Europea insistió en la necesidad de que su Gobierno no actúe a solas, sino coordinado con el resto de socios europeos. E hizo profesión de fe europeísta al reclamar políticas comunitarias que den mayor seguridad a los ciudadanos de la Unión. “Tras crear una red de seguridad para el sector financiero, es importante ahora otra red que proteja a los ciudadanos. El Gobierno español lidera un mecanismo de estabilización en la zona euro que cree un embrión de seguro de desempleo en Europa”, añadió.

Los riesgos de las presiones proteccionistas comandadas por el presidente de EE UU, Donald Trump, no cambian, según dijo la ministra, las perspectivas de crecimiento mundial “de un día para otro”, pero sí “van afectando la capacidad de crecimiento” de la economía mundial. La salida de Reino Unido de la UE repercutirá también negativamente en la coyuntura económica, incluso en el caso de que hubiera un “acuerdo satisfactorio sobre la mesa”, matizó Calviño. “No es sorprendente que este proceso genere momentos de crisis e incertidumbre hasta el momento final”, añadió.

Como grandes desequilibrios no solucionados de la economía española, la ministra citó el aún alto desempleo –“no es normal ni tenemos que acostumbrarnos a que siga por encima del 15%”, dijo-; la mala calidad del mismo –por su alto nivel de temporalidad y el elevado número de personas en el hoyo del paro de larga duración-; las pobres ganancias de competitividad; y el alto nivel de endeudamiento público, que, según sus palabras, “sube como un cañón [en épocas de crisis] y baja como una pluma [en épocas de crecimiento]”.

Ninguno de estos retos “son fáciles ni se solucionan de la noche a la mañana”, admitió. Pero quiso cerrar su intervención con un broche de optimismo: “Solo de nosotros depende convertir los retos en posibilidades”.

Fuente: El País