El ajuste laboral aplicado por CaixaBank este año, contabilizado en las cuentas del segundo trimestre, sigue pesando en las cifras del banco. La entidad ha ganado un 28% menos entre enero y septiembre, 1.266 millones de euros, si bien ha superado las previsiones del mercado. Los analistas esperaban, según Bloomberg 566 millones de euros de beneficio trimestral y han sido, finalmente,  644. La cifra supera en un 37% las cuentas del año pasado, y es mejor que la estimación más optimista.

Sin tener en cuenta el efecto del ERE y el plan de cierre de oficinas, que ha costado 978 millones de euros a la entidad, el beneficio habría crecido un 10,4% sobre el año anterior. CaixaBank ha conseguido elevar un 1,3% el margen de intereses, hasta 3.720 millones, capítulo complicado para todas las entidades debido a los bajos tipos de interés. En términos trimestrales el margen también mejora, un 0,1%, debido en este caso al mayor volumen de operaciones, dado que el margen de la clientela baja levemente.

No obstante, el margen bruto baja un 4,2% por el impacto de las participadas: este 2019 CaixaBank ha vendido su participación en Repsol y también han dejado de computar los resultados de BFA por cambio de clasificación contable. Este epígrafe pasa de aportar 725 millones a 344. Las comisiones retroceden un 1,7%, y el resultado de las operaciones financieras, un 11,9%.

En cuanto a los gastos recurrentes, éstos suben un 3,8% por el impacto de la normativa contable sobre los arrendamientos. Y, aunque los gastos de personal suben el 2,3%, en términos trimestrales bajan un 3,8% una vez aplicado el ERE (con fecha 1 de agosto).

La entidad ha disparado, además, las dotaciones para insolvencias hasta los 288 millones, tras actualizar el valor recuperable de algunos activos. En total, las provisiones y deteriores restan 439 millones al resultado, un 16,3% más que el año pasado. Un impacto que se compensa con las menores minusvalías por ventas de activos; fundamentalmente la de Repsol. La venta de la participación restó el año pasado 453 millones en las cuentas.

La concesión de crédito a particulares ha retrocedido un 1,4%, especialmente por la menor actividad hipotecaria (-2,4% en préstamos para compra de vivienda),  ligada al desapalancamiento de las familias. Por el contrario, el crédito al consum crece a un fuerte ritmo del 11,6%, y el crédito a empresas, al 4,6% (51,% si se excluyen promotores). En el otro lado del balance, los depósitos de clinetse se disparan un 8,1% en el año, si bien en el trimestre bajan el 0,9%.

La morosidad baja hasta el 4,1%, un punto porcentual mentos que hace un año, y los créditos dudosos bajan de los 10.000 millones por primera vez  La solvencia CET1 fully loaded  mejora, hasta el 11,7% 20 puntos básicos más que a principio de año, más que compensando los 16 puntos que empeora por imactos contables. 

Fuente: Cinco Días