La Comisión Europea está investigando a Libra, la criptomoneda creada por Facebook, por «posibles prácticas anticompetitivas». Al ejecutivo comunitario le preocupa que la moneda digital pueda crear «restricciones a la competencia» en cuanto a la información que se intercambiará y al uso de los datos del consumidor, según un documento al que tuvo acceso Bloomberg.

La investigación sobre las ambiciones del fundador Mark Zuckerberg de asumir el efectivo tradicional se suma a otra investigación preliminar de la UE sobre cómo Facebook puede usar su poder para exprimir a las aplicaciones rivales. La Comisión ya ha expedientado a Google y Apple en casos similares. 

La compañía con sede en Menlo Park, California, prometió anteriormente apaciguar a todos los reguladores antes de lanzar la criptomoneda, un proceso que podría llevar algún tiempo.

MÁS INFORMACIÓN

Dirigido por una red social con más usuarios que la población combinada de China y EE UU, Libra representa un desafío potencial al que las entidades tradicionales nunca se habían enfrentado hasta ahora: una moneda global que no controlan ni administran.

Las autoridades europeas también están examinando la posible integración de aplicaciones respaldadas por Libra en servicios de Facebook como WhatsApp y Messenger. Las fuentes consultadas por Bloomberg aseguran que su investigación se centra en la estructura de gobierno y de la Asociación Libra, la entidad que agrupa a las empresas que apoyan la iniciativa de Facebook.

Además de la Comisión de Competencia, otros reguladores de la UE también están «monitoreando la evolución del mercado en el área de los activos de cifrado y los servicios de pago, incluido Libra y su desarrollo», admitió un portavoz del departamento de servicios financieros de la comisión.

Los supervisores de protección de datos también están preocupados por cómo Libra compartirá información. Los supervisores avisaron a principios de mes de que Facebook tenía el potencial de combinar «vastas reservas de información personal con información financiera y criptomonedas, amplificando las preocupaciones de privacidad sobre el diseño de la red y los acuerdos de intercambio de datos».

Fuente: El País