La Comisión Europea ha empezado a indagar sobre el uso que el gigante estadounidense del comercio electrónico Amazon hace de los datos que obtiene de los comerciantes minoristas que aloja su plataforma. En concreto, el Ejecutivo comunitario quiere determinar si la compañía se vale de esa información para hacer sus “propios cálculos” empresariales, lo cual le daría una ventaja comercial sobre el resto de competidores. La comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, ha enviado ya a “varios participantes” del mercado un cuestionario previo a la investigación, que se halla en una fase “muy preliminar”.

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“No hay conclusiones y no hemos abierto formalmente el caso”, ha advertido Vestager cautelosa. Aun así, ha explicado que la Comisión Europea está cuestionándose el modelo de negocio de estas plataformas, que alojan a comerciantes pero a la vez son un gran comerciante. La comisaria ha indicado que, de momento, Bruselas ha puesto en marcha una “encuesta preliminar” sobre un posible “abuso de posición dominante” por el uso que puedan hacer de los datos de sus clientes.

Esta circunstancia podría darse en el caso de que Amazon, además de alojar a los comerciantes, también sacara partido de los datos que se desprenden de las operaciones de compraventa que estos llevan a cabo para luego trazar su propia estrategia comercial. «Toda la cuestión gira en torno a los datos», ha sostenido la comisaria.

Bruselas quiere analizar, pues, si la compañía estadounidense utiliza ese ingente caudal de información para conocer las preferencias de los consumidores y qué les empuja a comprar un producto. “Estamos recopilando información sobre el tema y para ello hemos enviado cuestionarios a los actores del mercado, para entender el problema en su conjunto”, ha concluido.

Los desencuentros de Amazon y Bruselas

ÁLVARO SÁNCHEZ

No es la primera vez que la multinacional estadounidense choca con la normativa comunitaria. Bruselas obligó hace casi un año a Amazon a devolver 250 millones de euros en impuestos no pagados a Luxemburgo por considerar ilegales las ventajas fiscales que le concedía el Gran Ducado. Retrocediendo más atrás en el tiempo, en 2015, la Comisión abrió una investigación por su posición de monopolio en el sector del libro electrónico, pero el conflicto se saldó amistosamente en 2017: Bruselas aceptó el compromiso de Amazon de eliminar ciertas cláusulas en sus contratos con editoriales que podían suponer un abuso de posición dominante.

Fuente: El País