La presidenta de Banco Santander, Ana BotínLa presidenta de Banco Santander, Ana Botín

La presidenta de Banco Santander, Ana Botín, confía en que el capital de la entidad esté cerca del 12% a finales de este año y considera que, una vez alcanzado ese objetivo, podrían aprovechar para crecer o incluso devolver a los accionistas el exceso de capital que generen. Este es uno de los principales mensajes que la banquera ha querido transmitir a los accionistas del banco en su carta incluida en el informe anual publicado el viernes.

«Alcanzar el límite superior de nuestro objetivo significaría que ya no necesitaríamos acumular más capital, lo que nos ofrecería flexibilidad estratégica para asignar capital a crecimiento orgánico rentable en nuestros mercados, o devolverlo a nuestros accionistas», explica la banquera.

Botín también hace una detallada descripción de los avances y nuevos planes de digitalización de la entidad. Además, se compromete a que el banco genere más valor para el accionista y sea una «fuente de estabilidad» para los clientes.  Espera que el beneficio por acción crezca a tasas de un dígito alto en los próximos años, y remarca que Santander es «una inversión sólida en un mundo impredecible».

En el informe de gobierno corporativo el banco remarca que uno de los objetivos prioritarios para 2020 por parte del consejo de administración es la acción. Así, asegura que «en la creación de valor a largo plazo para el accionista el consejo supervisará y apoyará al equipo directivo en la ejecución de nuestra estrategia para que el retorno total para el accionista refleje adecuadamente la solvencia, los resultados, la cultura corporativa y crecimiento sostenible del grupo».

La máxima ejecutiva del banco recuerda que ya en 2019 Santander asignó más capital a Norteamérica y Sudamérica, regiones donde ve mayores oportunidades de obtener retornos y potencial de crecimiento, sobre todo en países con población joven y baja penetración como México y Brasil. En paralelo, el banco invirtió más capital en negocios de alto crecimiento y rentabilidad, como seguros y gestión de activos.

Santander, recuerda, ha generado beneficios y repartido dividendos a sus accionistas durante más de 50 años consecutivos, y es una compañía con una combinación prácticamente única de fortaleza, rentabilidad y un crecimiento más sostenible que sus competidores.

En Europa, el banco mantiene el objetivo a medio plazo de alcanzar un ahorro de costes de 1.000 millones, mientras que en Norteamérica, el Santander quiere impulsar una mayor colaboración entre los negocios de la región y aumentar su inversión en México.

En gestión de activos, Botín dice que crecerán ofreciendo nuevos productos y combinando la red de distribución con las nuevas plataformas digitales del grupo en Reino Unido, España, Brasil y Openbank, su filial online, que quiere que llegue a 10 mercados.

Este banco está presente en España, Alemania, Portugal y Holanda y ultima su desembarco en Argentina y México.

Pero la apuesta digital del Santander va más allá e incluye otras vías de crecimiento como Superdigital, una plataforma de inclusión financiera que, a juicio de Botín, satisface sus necesidades de manera eficiente al proporcionarles servicios básicos y un acceso al crédito «responsable».

Con un foco especial en Latinoamérica, donde hay alrededor de 300 millones de personas que no están plenamente bancarizadas, el Santander quiere expandir Superdigital a 7 nuevos mercados en la región en el medio plazo, que se sumarían a Brasil, México y Chile, donde opera en la
actualidad.

Además, Botín muestra su esperanza de que el negocio de seguros del grupo crezca y lo haga especialmente en productos no relacionados con el crédito.

Litigio con Orcel

El banco recuerda en su informe anual el litigio que mantiene con Andrea Orcel, tras su fichaje frustrado como consejero delegado. Asegura que «Banco Santander ha sido demandado en un procedimiento judicial en el que el demandante alega que se perfeccionó un contrato por el que se le encomendarían las funciones de consejero delegado de la entidad. En la demanda se solicita que se declare la validez y perfección del alegado contrato y se reclama, con carácter principal, su cumplimiento junto con el cargo de determinadas cantidades. Subsidiariamente, se ejercitan prestaciones indemnizatorias por un total aproximado de 112 millones de euros».

La entidad explica que «Banco Santander ha formulado oposición a la demanda». En la contestación la entidad  se argumenta que el nombramiento «no llegó a ser efectivo por no cumplirse las condiciones a las que estaba sometido y que el contrato requerido por la ley para el desempeño de la función no llegó a perfeccionarse. El procedimiento está en tramitación».

Fuente: Cinco Días