Boeing ha decidido parar temporalmente la producción del modelo 737 MAX una vez que la autorización administrativa para que el avión vuelva a los cielos parece retrasarse más allá de enero de 2020, según informaron al Wall Street Journal fuentes cercanas a la compañía. La empresa ha ralentizado producción después de la suspensión de permisos de vuelo por parte del organismo regulador de EE UU, que siguió a los dos accidentes mortales provocados por errores en los sistemas de la aeronave. Si bien el consejo de administración está barajando también aplicar otro frenazo en la línea de producción, ejecutivos de la empresa creen que un parón sería menos perturbador. La decisión se estuvo discutiendo ayer en una reunión entre los directivos de la compañía aeronáutica en la que se revisaron los planes industriales dentro del programa de reuniones del mes.

En esta reunión se establecieron, además, las políticas de dividendo y de recompra de acciones, operación suspendida a raíz de la crisis del 737 MAX. Esta aeronave es la mayor fuente de ingresos de la empresa, la mayor corporación industrial de Estados Unidos. La duración y el alcance de la prohibición de volar al 737 MAX han supuesto un gran impacto en los planes de Boeing ya que no tiene precedentes en la aviación comercial.

«Seguimos trabajando en estrecha colaboración con la FAA y los reguladores de la comunidad internacional de cara a la certificación y el retorno seguro al servicio del MAX», señaló Boeing en un correo electrónico. «Continuaremos evaluando las decisiones de producción en función del calendario y de las condiciones de retorno al servicio, que pueden variar según la jurisdicción», añadió la compañía. Los títulos de la compañía aeronáutica caían un 4,02% en Bolsa ante el posible paro en la producción del 737.

El fabricante ha redactado planes de contingencia para distintos escenarios, una vez que el aterrizaje forzoso del MAX cumple nueve meses. Boeing redujo la producción del 737 en un 19% en las semanas siguientes la tragedia de marzo, la segunda de dos accidentes provocados por errores en los sistemas de ayuda al piloto que dejaron 364 muertos. Mientras tanto, los costes de inventario se han disparado a niveles récord.

Ya que la compañía no está autorizada a entregar la aeronave mientras la prohibición de vuelos permanece en su vigor, Boeing tiene aparcados más de 380 aviones de nueva construcción. La acumulación podría continuar si la producción se ralentiza en lugar de detenerse. El consejo se reúne después de una semana complicada, en la que ha aflorado la tensión entre la empresa y el administrador de la FAA Steve Dickson, quien amonestó al CEO de Boeing, Dennis Muilenburg, por dar un calendario poco realista para la vuelta al servicio del aparato.

Boeing quiere evitar que el posible despido de personal altamente cualificado entre las 600 empresas proveedoras del grupo en un momento de estrechez en el mercado laboral de EE UU. Una opción que ha barajado es un parón corto y definido en el tiempo que ahorre costes sin provocar una oleada de despidos en la cadena de suministros.

Fuente: Cinco Días