A pesar de la rápida ralentización exterior, el servicio de estudios de BBVA considera que la economía española apenas se desacelerará este año. Según sus previsiones publicadas este miércoles, el crecimiento del PIB se situará en 2019 en el 2,4%, tan solo una décima por debajo del 2,5% registrado en 2018 y por encima de la previsión del Gobierno, cifrada en el 2,2%. Para 2020, el avance de la actividad se frenará hasta un 2%, todavía unas tasas muy robustas. 

Durante 2018 se dio una desaceleración de la tasa de crecimiento en cinco décimas, del 3% al 2,5%. Según BBVA, los motivos residieron en el deterioro exterior, la menor fuerza de los vientos de cola y una pérdida de la confianza empresarial. Sin embargo, el servicio de estudios destaca que en el último trimestre de 2018 y en el primero de 2019 se ha observado una leve aceleración, sostenida porque se ha abaratado el precio del petróleo, las exportaciones siguen creciendo, la política monetaria continúa brindando impulso y la política fiscal está siendo expansiva. Esto último «supone detraer crecimientos del futuro y traerlos al presente», ha matizado Rafael Doménech, responsable de análisis económico de BBVA Research.

Todo lo cual implica que prácticamente se mantendrá la velocidad de crucero. De modo que incluso aumentará la brecha entre la economía española, que todavía aguanta, y el resto de la eurozona, que sufre una desaceleración bastante más intensa. No obstante, BBVA ha subrayado que la incertidumbre sobre el ritmo de crecimiento se ha elevado mucho, y ha resaltado que, de aprobarse los Presupuestos, el alza de impuestos podría sustraer hasta dos décimas y dejar el avance del PIB en el 2,2%.

En opinión del banco, el déficit público habría podido terminar el año pasado en el 2,1% del PIB si no hubiese sido por las medidas tomadas por el Gobierno, como las subidas de pensiones o de sueldos de funcionarios, que llevarán el desfase presupuestario hasta el 2,7% del PIB. Sin unos Presupuestos aprobados, el déficit acabará este año en el 2,3%. Y si estos se aprueban, en el 2%, sostiene BBVA. 

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Impacto del salario mínimo

«El notable incremento del salario mínimo para 2019 puede condicionar la evolución de la economía y del empleo», sostiene la nota de BBVA Research. Según sus cálculos, a corto plazo se podrían dejar de crear unos 60.000 puestos de trabajo en el escenario central. La horquilla que baraja se encuentra entre los 20.000 y 75.000. A medio y largo plazo, el impacto en el empleo alcanzaría los 160.000 ocupados, aunque en el peor de los supuestos se perderían hasta 319.000. El Banco de España ya había calculado que en el año se podrían destruir unos 125.000 empleos

Según han apuntado los economistas de BBVA, que se cumplan o no estas proyecciones sobre el incremento del SMI dependerá en buena medida de la evolución de la productividad: si esta mejorase habría un menor efecto, aunque en la actualidad este indicador sube a tasas de cero o negativas. También depende de si las empresas absorberán esa subida en sus márgenes, una comprensión de las rentas empresariales que BBVA detecta que ya ha empezado en los últimos trimestres. Y, por último, de si se mejoran las políticas activas para recolocar a los colectivos afectados.

Respecto a si se ha notado ya la subida del salario mínimo en los datos de afiliación de enero, «algo se puede estar viendo porque ha sido peor, pero todavía es pronto. En alguna comunidad como Extremadura y Canarias, donde incide más, han tenido un peor comportamiento. Pero también hay otras autonomías muy condicionadas por el salario mínimo que no han mostrado esa evolución negativa», ha explicado Jorge Sicilia, economista jefe de BBVA.

En cuanto al entorno exterior, «existe una moderación del crecimiento internacional, pero poco más que eso», ha señalado Sicilia. Aunque se ha dado un brusco brote de volatilidad en los mercados debido a unas expectativas de crecimientos más lentos, estas turbulencias han sido contenidas, en parte por la actuación de los bancos centrales, destaca la entidad. Si bien reconoce que los riesgos para el crecimiento ahora pintan mucho peor. 

Europa se verá beneficiada por el retraso en la senda de subida de tipos, el moderado precio del petróleo y un cierto impulso fiscal. Además, de momento no se aprecia que el proteccionismo esté lastrando en demasía a la eurozona. No obstante, BBVA recuerda que las tensiones comerciales todavía podrían afectar y que el Brexit o Italia representan riesgos muy importantes.

Las previsiones de BBVA se alinean con las de la Autoridad Fiscal, que estima que en el primer trimestre del año el crecimiento se mantendrá en el 0,7%. Sin embargo, en las últimas semanas muchas casas de análisis han rebajado a tasas menores sus vaticinios. Funcas y el Consejo de Economistas han recortado recientemente su pronóstico de crecimiento para este año hasta el 2,1%. Y el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos insinuó en el Congreso que podría reducir levemente su previsión actual, fijada en el 2,2%.

Fuente: El País