La Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), está evaluando la solvencia de las 48 entidades más grandes, y presentará los resultados el próximo 2 de noviembre, pero en la lista no estará Bankia. El banco público ha pedido su exclusión porque acaba de cerrar la integración con BMN y considera que los datos que ofrecería al examen no representarían su situación real, según fuentes de la entidad. Además, considera que no podía hacer frente a la carga de trabajo que supone cumplimentar los informes de la EBA y no tenían capacidad material para presentar los datos agregados porque la integración informática ha sido reciente. También se excluirá a Monte Dei Paschi, por sus problemas internos de solvencia. Con estas pruebas, la banca deberá demostrar su fortaleza en el caso de que llegue una fuerte crisis.

Esta será la primera vez que una autoridad bancaria europea no analizará a una de las grandes entidades españolas desde que comenzaron estas pruebas, en 2010. Estos exámenes analizarán a los bancos con un mínimo de 30.000 millones de euros en activos, lo que cubrirá el 70% de los activos totales del sector en la Unión Europea (UE). En España este baremo incluye al Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell y Bankia, aunque este último no será analizado.

Fuentes del mercado no consideran que esta situación perjudicará a Bankia ya que la entidad ha salido en buenas posiciones en los anteriores exámenes de solvencia, ya que tiene muy altos ratios de capital. Desde 2012, de forma autónoma ha generado 5.650 millones (descontado ya los dividendos repartidos) en capital, además de los 22.424 millones que recibió del Estado.

Bankia se libra de ser examinada en los próximos test de estrés a la banca

Los resultados se expresarán en función del capital de calidad frente a activos de riesgo (CET1). El escenario base del test estará en línea con las previsiones económicas del Banco Central Europeo (BCE) en diciembre, mientras que el escenario adverso incluirá la materialización hipotética de cuatro riesgos sistémicos para la banca.

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Los test de estrés incluirán un escenario adverso más severo que en pruebas anteriores, según la EBA. Se evaluará la resistencia de las entidades a un cambio “abrupto” en las primas de riesgo en los mercados financieros, así como la posibilidad de que un declive en la actividad económica de la UE afecte a la rentabilidad de los bancos.

El escenario adverso incluye asimismo la posibilidad de una degradación de la deuda pública y privada, y la eventualidad de que problemas de liquidez en sectores ajenos a la banca afecten a las entidades financieras.

Probar la fortaleza

En términos cuantitativos, los bancos deberán probar su fortaleza frente a un escenario en el que el Producto Interior Bruto (PIB) de la UE registre una desviación acumulada un 8,3 % en 2020 respecto a las estimaciones del BCE y los bancos centrales, una contracción hipotética que en el examen de 2016 se limitaba al 7,1 %.

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Bankia no será la única excluida. Las autoridades han considerado que no es práctico analizar a Monte dei Paschi di Siena, una entidad con importantes problemas, y también quedarán fuera los bancos de sistemas débiles, como el de Grecia o Portugal. No obstante, en paralelo, el Banco Central Europeo (BCE) llevará a cabo su propia prueba de resistencia a estas instituciones no cubiertas por la EBA. En el pasado, en 2016, también se excluyó al BZ Bank, el segundo mayor banco de Alemania, que aglutina a más de 1.000 bancos cooperativos, excluido de la prueba debido a que estaba en fusión con el WGZ Bank.

El alemán Deutsche Bank, el francés BNP Paribas, el italiano UniCredit y se encuentran asimismo entre los bancos europeos que se someterán al examen de resistencia, que tiene el objetivo de ofrecer un marco analítico comparable para el conjunto del sector financiero.

En el mercado hay expectación por los resultados de la prueba. La agencia de calificación Moody’s ha comparado el enfoque de los test de este año con el de los de 2016. “Los supuestos económicos más estrictos de 2018 pueden llevar a un mayor impacto general en las ratios de capital. Sin embargo, el capital inicial de los bancos es más alto esta vez, dándoles una mayor capacidad de recuperación”, apuntó Moody’s. Según los datos de la EBA, el punto de partida medio para el capital bancario ha mejorado hasta situarse en alrededor del 14,6%, frente al 13,2% de la prueba de resistencia de 2016.

En este capítulo, los bancos españoles están en una situación dispar. Según el análisis de Alvarez&Marsal, Kutxabank destaca frente a los demás con gran diferencia en capital, seguido por Abanca, Unicaja y Bankia. Las entidades más ajustadas, según esta fuente, son Ibercaja, Santander y BBVA.

Moody’s considera que las pruebas de este año son más “difíciles” debido a que los factores clave de los supuestos escenarios macroeconómicos implican un deterioro más severo en el escenario adverso en comparación con el escenario base o de referencia.

Buenas perspectivas para las entidades españolas

La última vez que la banca se sometió a las pruebas de estrés europeas fue en 2016. Entonces se examinaron 51 bancos. Los seis grandes bancos españoles aprobaron. En el escenario adverso planteado (la economía empeoraba, la deuda soberana se depreciaba y el precio de los inmuebles bajaba) fue Bankia precisamente la que mejor nota sacó.

Fernando de la Mora, director general de la consultora bancaria internacional Alvarez & Marsal, cree que “los bancos españoles tendrán buenos ratios de capital en las pruebas”. En su opinión, aunque en las pruebas no se recogerán las ventas de las carteras de activos inmobiliarios realizadas este año, ya que el test analiza los datos hasta 2017, “el descenso de morosos ha sido significativo en el sector”. Cree que los bancos con peores ratios de capital serán los italianos e irlandeses.

De la Mora, que hubiera preferido que Bankia ofreciera sus datos este año, recuerda que en estos exámenes no habrá aprobados ni suspensos. Sin embargo, sí se podrá saber quiénes son los mejores y los más preparados si llega una etapa de turbulencias. “La EBA determinará dos datos clave: qué ratio de capital tendrá cada banco en un escenario económico adverso y cuánto pierde al aplicarle problemas hipotéticos en los mercados financieros. Con estas dos variables, los analistas e inversores podrán hacer una idea de la capacidad de resistencia de cada banco a circunstancias difíciles”, señala.

Fuente: El País