«Ya era hora», dice José, treintañero abonado desde hace ocho años al CD Leganés. Botella de agua (sin tapón) en una mano y mochila a la espalda, él y su amigo Félix se sientan en la grada del Estadio Municipal de Butarque y se disponen a vivir uno de los partidos del año frente al FC Barcelona. «Se ensucia mucho en el fútbol. Me parece fenomenal que tengamos dónde tirar bien las cosas». 90 minutos después, tras una remontada para el recuerdo (2-1), la familia Flores, padre, madre y dos hijos, todos con la camiseta del Lega, meten a presión una bolsa llena de envases en una papelera amarilla: «Antes nos llevábamos la basura a casa y separábamos en nuestra cocina. Pero mucho mejor poder hacerlo aquí».

Los aficionados pepineros ya pueden reciclar la basura en su propio estadio. Desde este martes, botellas de plástico, briks y latas tienen su sitio en las 68 papeleras y contenedores que ha instalado el club en colaboración con Ecoembes, la entidad que coordina la recuperación de estos residuos. «Hemos hecho muchas mejoras en Butarque y esta es una más», explica Daniel Abanda, director de Marketing del CD Leganés. «Tras un partido queda mucha basura. Será un triunfo si gran parte de nuestros 12.500 espectadores reciclan». El proyecto, además, contempla una donación económica para la Asociación Española del Síndrome de Prader-Willi, una enfermedad rara que afecta a uno de cada 15.000 niños nacidos vivos. En la campaña también participan el Ayuntamiento de Leganés y la Federación Española de Enfermedades Raras.

Un aficionado del CD Leganés deposita un vaso de plástico en la papelera.ampliar foto Un aficionado del CD Leganés deposita un vaso de plástico en la papelera.

«Por repercusión, y para que la gente se concienciara, decidimos que la mejor fecha era contra el Barcelona», entiende Abanda, que cuenta que la labor de sensibilización comenzó en la revista del equipo, en los videomarcadores y con publicaciones en las redes sociales en las que se anima a los aficionados a reciclar. También en las papeleras amarillas y azules, donde se lee: Butarque es nuestra casa, y un pepinero siempre recicla en casa. En el descanso del partido, tras una actuación en la que se regalaron camisetas con el nombre Reçycàdoric a la espalda, el trasiego en las barras es continuo. No dejan de servirse refrescos, bolsas de patatas y bocadillos. Un cartel indica a los camareros dónde deben tirar cada residuo. «La gente nos pregunta dudas y se interesa», dice un barista de una barra del fondo norte. «Nos estamos haciendo a ello rápido».

El Leganés se suma así a los diez equipos (Atlético de Madrid, Barcelona, Levante, Villarreal, Valencia, Real Madrid, Getafe, Celta de Vigo, Eibar y Tenerife) que ya disponen de recogida selectiva de envases en sus campos. «La preparación y la ejecución es muy diferente de un recinto a otro», señala Alberto Caldeiro, gerente de Ecoembes de recogidas complementarias, que adelanta que en 2019 otros cuatro clubes adoptarán el sistema. «Entra en juego el aforo, el rival e incluso la manera de consumir. Por ejemplo, no es lo mismo un estadio de costa que uno de interior». Gigantes como el Santiago Bernabéu o Mestalla generaron en 2017 más de 500 toneladas de residuos, según datos de la entidad. Una cifra lejana a las 150 del Ciudad de Valencia o las 86 del Wanda Metropolitano.

Pulsera promocional de la campaña de reciclaje del CD Leganés.ampliar foto Pulsera promocional de la campaña de reciclaje del CD Leganés.

«Lo primero que hacemos es ir al estadio. Tenemos en cuenta el diseño, si tiene recogida de residuos o no, si esta está infrautilizada o mal concebida», prosigue Caldeiro. «Después, analizamos factores como la asistencia media, el tipo de residuos de partida y los puntos calientes de generación, que suelen ser las barras y las zonas VIP, lugares en los que se come y bebe antes, durante y tras el partido».

El caso de Butarque, un estadio pequeño cuyos aledaños se abarcan con facilidad, fue relativamente sencillo: «Los exteriores los trabajamos en coordinación con el Ayuntamiento. Los días de partido se suele dotar de una mayor cantidad de contenedores», detalla Caldeiro. «Una vez dentro, la generación está muy centrada en la zona de barra y gradas. Y moverse entre los distintos espacios del estadio es cómodo. No es un equipo que tenga 18 anfiteatros con 18 salas diferentes».

Al final del partido frente al Barcelona las papeleras y contenedores rebosan. Todavía se ven, eso sí, envoltorios diseminados por las butacas que serán recogidos por empleados de mantenimiento. Pero Abanda confía en el éxito del proyecto: «Tenemos un 82% de abonados de un aforo de 12.500 espectadores. Y esto nos garantiza que los pepineros que vienen le tienen mucho cariño al estadio. Para ellos es su hogar y como tal quieren cuidarlo».

Fuente: El País