La start-up de movilidad colaborativa registró el pasado año un volumen de negocio de 50 millones de euros, lo que supone multiplicar por cuatro el alcanzado el ejercicio anterior. La compañía española fundada en 2009, que en 2016 se fusionó con la start-up danesa GoMore e incorporó a Mario Carranza, uno de los impulsores de Cabify, como consejero delegado, ha pasado de generar un millón de euros en 2016 a superar los 50 millones de euros dos años después, según explica Amovens.

La compañía apostó por la integración de servicios de movilidad, sumando al alquiler de coches entre particulares y un revolucionario producto de renting a su oferta inicial de viajes compartidos, facilitando que más de 200.000 coches al mes sean compartidos en España.

De esta forma, la empresa ha incrementado el tamaño de su comunidad, desde los 500.000 usuarios con que contaba en 2016 a los más de 1,5 millones actuales. Este crecimiento se ha reflejado también en el equipo que forma la compañía. La sede de Amovens en Madrid ha crecido de las tres personas con que la empresa inició su actividad a una plantilla actual de 60 trabajadores.

“El increíble crecimiento que hemos experimentado en los últimos dos años es fruto de nuestra apuesta total por mejorar la vida de la gente que nos usa. Muchas compañías crecen, pero muy pocas lo hacen a través de una gran experiencia de usuario”, asegura Mario Carranza, consejero delegado de Amovens.

Además, la compañía asegura que durante el año pasado Amovens «se consolidó como plataforma líder» en el sector del renting de coches para particulares en España, tras haber distribuido ya más de 4.000 coches con su revolucionario concepto de renting, que permite a sus clientes financiar las cuotas mediante el sub-alquiler.

“La industria del automóvil va a experimentar una mayor transformación en los próximos cinco
años que en los pasados 50. Estamos jugando un papel importante en esta transformación,
ayudando al sector del coche a conectar con la nueva generación de consumidores”, agrega
Mario Carranza.

Fuente: Cinco Días