Cada recién llegado a la ciudad de Nueva York tiene una historia que contar, ya sea un atraco en las aceras o un desplume por parte de las inmobiliarias. Amazon está recibiendo un poco de cada. Un mes después de elegir Nueva York para la mitad de su segunda sede, el gigante del comercio electrónico de 810.000 millones de dólares ya está recibiendo golpes de los políticos y los sindicatos locales, en la línea del llamado Sí, pero aquí no (en inglés, Not in my back yard, no en mi patio trasero).

La firma de Jeff Bezos espera obtener hasta 3.000 millones de dólares en créditos fiscales y subsidios para construir sus instalaciones en la ciudad. La mayoría de ellos se ofrecen en virtud de programas estatales y municipales existentes y requieren que la empresa cumpla o exceda su plan de contratar 25.000 trabajadores. Sin embargo, muchos concejales están furiosos. En un pleno celebrado el miércoles, exigieron saber por qué una de las empresas más valiosas del mundo necesitaba tanta generosidad.

A diferencia de Apple, que simplemente anunció el jueves una inversión de 1.000 millones de dólares en un nuevo campus de Texas, Amazon se puso sola en la diana con su concurso de belleza de un año de duración para el llamado HQ2. Además, la empresa ha tendido a salirse con la suya. A Bezos le atrajo Seattle, donde está su sede principal, por las bajas tasas impositivas del estado de Washington, y durante años la compañía evitó recaudar impuestos sobre las ventas en estados donde no tenía presencia física.

En junio, Amazon presionó con éxito para que no se aprobara el plan de la ciudad de establecer un impuesto para las personas sin hogar. Tres meses después, Bezos dijo que donaría 2.000 millones de dólares para combatir la indigencia y construir escuelas.

Afortunadamente, la enemistad hacia Amazon en Nueva York es del tipo que se puede calmar con dinero, y la compañía tiene mucho. Se espera que sus ingresos anuales se dupliquen en dos años, hasta un poco más de 20.000 millones de dólares. Devolver parte o incluso todos sus beneficios fiscales ayudaría. También podría dar una victoria simbólica a los políticos locales enojados porque no tienen voz en un acuerdo negociado por el alcalde, Bill de Blasio, y el gobernador del estado, Andrew Cuomo.

A medida que la escala de Amazon crece, también lo hará el coste de comprar a sus opositores, simplemente porque todo el mundo sabe que la empresa puede permitírselo. Bezos aumentó el salario mínimo de Amazon en Estados Unidos a 15 dólares la hora el mes pasado. Los trabajadores, desde Staten Island hasta Portugal, han protestado públicamente por las condiciones de trabajo.

Como dijo el poeta laureado oficioso de Nueva York, Lou Reed: Little Joe never once gave it away, everybody had to pay and pay (el Pequeño Joe nunca dio nada gratis, todos tuvieron que pagar y pagar).

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

Fuente: Cinco Días