Las cosas empiezan a cambiar en el mundo financiero. El presidente de Renta4 Banco, Juan Carlos Ureta, se refería recientemente al carácter confuso del nombre de algunos productos financieros o de expresiones que pueden llevar a equívoco al ahorrador. Una cuestión que se agrava por la escasa cultura financiera en España. Participaciones preferentes, de tan escandaloso recuerdo; empresas de alto crecimiento que realmente implican un elevadísimo riesgo o depósitos estructurados que esconden instrumentos extremadamente complejos ligados a los derivados financieros, son algunos ejemplos de aquellos productos que aparecen con un nombre amable, eufemístico, que oculta en gran medida un alto riesgo de perder el dinero invertido.

Ureta mete en esta clasificación de términos edulcorados a los fondos de renta fija cuando —y ahora es el caso— están perdiendo dinero como consecuencia de la subida de tipos en los mercados secundarios que provoca la pérdida del valor del bono, aunque, eso sí, tengan en la mayor parte de los casos una retribución anual fija.

La renta fija solo es fija si se espera a cobrar el cupón, el precio del bono fluctúa

El abogado Fernando Zunzunegui achaca estos eufemismos a técnicas de publicidad muy depuradas. “Podríamos decir que este marketing financiero se aprovecha de la falta de comprensión de los ahorradores como una herramienta para vender un producto. Recordemos las participaciones preferentes, un concepto el de preferente que te asegura una mejor posición frente a otros”, explica. También aprecia un gran eufemismo en los Valores Santander, unos productos complejos, de alto riesgo y en los que se perdió mucho dinero pero que aparecen con un nombre genérico y respaldados por un gran banco.

Desde la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) explican que la regulación contempla, como principio general, que toda la información, incluida la publicitaria, sea imparcial, clara y no engañosa. “Nuestra práctica en la supervisión y registro es tratar de que las denominaciones no induzcan a error sobre las características de los productos”, dicen. Además, apunta que la denominación “depósitos estructurados” se reserva a aquéllos que garantizan la recuperación del 100% del capital y, si no es así “para no provocar confusión en cuanto a sus características, es preferible denominarlos como productos estructurados o simplemente estructurado”.

En cuanto a los fondos de renta fija, la CNMV señala que “se corresponden con una categoría legal así definida pero que eso no supone que “no puedan perder valor”. El folleto de estos productos se acompaña de una categorización de riesgos. Y otro aspecto que indica el organismo presidido por Sebastián Albella es que hay fondos garantizados para los que la CNMV no permite el uso de esa denominación “cuando existen cláusulas que reduzcan inadecuadamente el alcance de la garantía”.

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Confusas hipotecas

El abogado Jesús María Ruiz de Arriaga, director de Arriaga Asociados, tira por elevación en sus críticas a las confusas denominaciones de los instrumentos financieros, aunque reconoce no tener imaginación para rebautizarlos. Considera desacertado hablar de hipoteca multidivisa cuando, a su entender, lo que realmente hace el solicitante de este préstamo es entrar a especular en los mercados de divisas.

Bajo la etiqueta de emisiones verdes se pueden disfrazar ofertas complejas

Ruiz de Arriaga explica también que en la traducción al español que dio lugar a participaciones preferentes se quedó por el camino el concepto de acciones que figuraba en inglés, con todo el riesgo que eso implica y con ser el primero en responder en caso de quiebra. Se queja también del IRPH (Índices de Referencia de Préstamos Hipotecarios) que bajo ese inocente acrónimo escondía un doble diferencial para los hipotecados. Vería recomendable una redenominación del concepto renta fija “ya que tiene tanto o más riesgo que la variable.”

Zunzunegui da pistas de por dónde pueden venir los nuevos eufemismos. Ya empiezan a proliferar productos ligados a los pactos del clima como el de París. “Es la llegada de los instrumentos financieros verdes. ESMA [supervisor europeo] ya está trabajando con grupos consultivos para analizar cómo a través de esta denominación de verde y de supuestos o reales compromisos medioambientales se pueden disfrazar productos financieros de altísimo riesgo para el inversor. Esto es lo que está por venir”, avisa.

Fuente: El País